jueves, 28 de abril de 2011

"MUJER ,TÚ ERES MÍA..."

Si alguna vez escuchaste esta cita, seguramente caes en una de las siguientes posibilidades:

a) Tienes más de 50 años
b) Estuviste enamorada hasta los zapatos
c) Escuchabas música del tipo balada por los años setenta y tantos
d) Todas las anteriores

Todo comenzaba cuando conocías a alguien que rompía la barrera del tiempo y se mantenía a tu lado por más días que los anteriores; por lo que nacía un sentimiento que mostraba que tu corazón cada vez era más pequeño para contener aquel sentimiento profundo y arraigado que llamamos AMOR. Este era el terreno que bastaba para preparar nuestros oídos primeramente, a ese tronar suave, al murmullo delicado, susurrante del tan potente: "MUJER TU ERES MÍA"

Luego de eso, era como ya estar sentenciada en vida, si aquel ser te repetía la cita: "Mujer tú eres mía", no quedaba otra opción y tú , sin querer o queriendo, empezabas a respirar la vida a través de sus pulmones, caminabas con sus pies y mirabas por sus ojos. ¿Se pensaba, alguna vez, en que somos seres particulares, individuales, con proyectos propios? En esa condición, absolutamente No. Se pensaba que encontraste al Hombre de tu vida. El era quien realmente te amaba, pues te quería sólo para él, con el compartirías toda tu vida y serían felices para siempre, siempre, siempre.

Era una sentencia con tanto poder para muchas de nosotras que se aflojaba todo deseo de llevar una música propia, y el ritmo se empezaba a llevar de acuerdo a nuestro director de orquesta. A partir de ahí, no había nada más que seguir el destino que ya estaba trazado para tí, porque TU, ya no eras tú; ahora eras de la propiedad exclusiva y absoluta del otro. Y si mal no recuerdo, una se asumía completamente en esa tarea.

¿Cuántos años costaba poder salir de esa "sentencia"? Cada experiencia es particular.

Con el tiempo, he podido ver,  que quiénes se sintieron propiedad del otro, en su mayor parte, tuvo una mala experiencia o un triste episodio. ¿Qué quedó? La experiencia, el mejor producto de nuestra vida.

Ahora, veo que las mujeres aceptan menos ser del otro;  luchan  y valoran su independencia, lo cual considero muy bueno; ya que esa es una muy buena forma de "SER PAREJA"


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