jueves, 25 de agosto de 2011

Un día cualquiera, te levantas, te observas al espejo y lo que ves no te gusta, ese reflejo no eres tú, y caen lágrimas por tus mejillas, y casi sin energía te preguntas...¿Qué me pasó, donde perdí el reflejo propio de MI VIDA?


DISEÑARON TU VIDA
                                                       
                                                 Erika Badani

Dices que eres feliz, que tu dicha es inmensa
Y caminas por sendas que trazaron para ti.
Dices que tu vida es maravillosa, encantadora
Y tu agenda está marcada con tinta que tú no coloras.

El tiempo se te hace poco, tu vida es activa y social
Vistes aquello que diseñaron los demás
Preparas y degustas lo que viene en boga
Y haces del servicio tu propia ceremonia.

¿Cuánto de ti hay dentro de tu vida?
¿Cuánta sal sazona tu propia existencia?
¿Revolviste la esencia con la cuchara que tú querías?
¿O sólo la moviste como te dijeron que se hacía?

Estás tan feliz, de tener tiempo extra
Para dar con creces a los que te tengan
Su felicidad es la tuya, siempre lo dices
Y por ellos respiras y por ellos bendices.

¿Qué, acaso no te miras nunca al espejo?
¿Tienes miedo de ver tu reflejo?
Le huyes, para no verte y darte cuenta
Que tu vida entera, es sólo apariencia.

El mar, fuente inagotable de inspiración, ensoñación, idilios, veranos, romances y aventuras también despierta nuestros sentidos sibaritas al máximo.




SABOREANDO MAR
                                                                                         Claudio Ulloa

Vé pescador a la mar y trae esa corvina y pescada esperada
arma tu espinel y red para atrapar el cardumen esquivo
dale de remadas enfrentando la proa a la marejada
enciende tu farol para atraer al curioso sustento
hoy no hay luna, es día seguro de pesca, la mar te espera.

Anda buzo a recorrer los mares profundos,
en el fondo de arenas encontrarás los bancos de almejas
en la roca te estarán esperando las manchas de piures
en los grandes planchones al norte de un río habrán machas,
las jaibas recogen con sus tenazas fuertes los desechos del mar.
Es la sabiduría del tiempo,
son los cada vez menos secretos que tiene este mar lejano.

Madruga pescador de orilla con tu caña de pescar y carnada
te espera el lenguado juguetón y vivaz. Está agazapado, plano, quieto.
Tira la lienza, la plomada al aire y llega hasta donde el impulso alcance
recoge y enrolla suavemente tu transparente hilo,
deja que tu apetitosa carnada raspe el fondo y espera…
la paciencia es tu virtud, la perseverancia tu poder.
Ten tu dedo en la lienza
lleva las pequeñas señales que viajan a tu cabeza e interpreta
es el momento de tirar fuertemente la caña, el placer de la lucha viene.
Tu presa se sacude, tratando de escapar de la contienda desigual,
tu brazo lo sostiene fuertemente, dale lienza y luego recoge,
el agotamiento es tu arma.

En la orilla espero, en el muelle bullicioso de mercaderes, paisanos y voceadores
que vibran al rumor de olas, motores, viento, aleteos de gaviotas y guajaches
recorro en busca de la oferta más fresca, más abundante
y el ingrediente preciso para armar
este plato perfecto de frutos del mar.

jueves, 18 de agosto de 2011

De tanto vivir de a dos, muchas veces, caemos en el esquema reiterado, cotidiano, desde la mañana hasta la noche; hasta que nuestra pareja decide un día, irse, respirar en su propio espacio...¿Qué podemos hacer entonces?

            ¿TE VAS?
                  Claudio Ulloa – Erika Badani

Sé que tienes tus motivos
Han sido golpes, mini-golpes al corazón y a tu naturaleza de mujer
desatenciones acumuladas con los pasos de los años
ya los niños crecieron están por iniciar su vida solos.
Y quedaremos tú y yo, dentro de muy poco,
como antes de comenzar esta aventura incierta que es criar
en donde yo miraba tus ojos y tenía tu mirar.

Ahora tus intereses son otros, tus actitudes también,
creo que nos falta la tolerancia, el respeto y algo de maldad.
Tú tienes tus mañas y yo las mías,
Se te olvidó amar, por el desamor de los años
no puedo obligarte a pequeñas muestras de cariño
me acostumbré a no pedirte nada y a buscarte en raras ocasiones,
quizás mi actitud, provocó dormir las emociones.
¿Quieres estar sola por un tiempo?
Démonos un tiempo para ambos, contemplemos con distancia
hasta donde hemos llegado.
No quise acercarme ni te dejé alejarte pero ahora no lo manejo
La verdad, siento miedo que te guste, que te acomode.
Te digo, nada más, son días de crisis interiores,
tus motivos los agrandas y no son nada,
quiero que sepas  que mi mano estará estirada.

Ten paciencia, te lo he pedido otras veces,
y la sinceridad me acompaña  hoy día,
este espacio instalado entre nosotros,
me dice que eres única y que yo
siendo tan fuerte, necesito de tu compañía.

Ciertamente, quienes hemos estado en pareja, nos damos cuenta que a nuestro alrededor, pareciera haber gente más hermosa que nuestra(o) partner; pero al volver a mirar, vemos que nadie es más bello que aquel ser que nos ha ayudado a construír nuestra galaxia familiar.

ME MATA TU AMOR
                                                 CLAUDIO ULLOA – ERIKA BADANI
Me mata el amor de tu frialdad en el verano
será por mi calor desmedido y sudado.
No me gustas tus manos pequeñas secas y fibrosas
pero me gustan tus caderas grandes, llenas y angulosas.

Tienes un pelo corto, ralo y encrespado
ojalá tuvieras una cabellera larga, abundante y lisa.
Tienes piernas cortas, huesudas y frías
pero tu piel es suave, satinada y fina.

No me gusta tu sueño, tedio y cansancio de fin de semana
pero me atraen tus ansias de viajes y de conocer otros lares.
No me gustas con tus continuos achaques y dolencias
pero me agrada tu altivez y ganas de explorar vivencias.

No quiero oír tu música estridente y tropical
yo deseo escuchar tu voz en noches de susurro.
No me gustan tus noticias truculentas y siniestras
deseo verte bailar, cantar y tararear canciones nuestras.

Estas peculiaridades no matan la pasión que tengo por ti, mi reina
solo son pequeños guijarros en el largo camino
no te sientas ni te enojes por lo que digo
Nadie es perfecto y yo te quiero así, conmigo.

Tus ojos me atraparon desde el momento en que te conocí
antes de conversarte, sabía que serían sólo para mí.
Tu halo envolvente sin lados oscuros
Despierta cada día mi andar más seguro.
Eres la vitalidad que llena, hace mucho, mi vida
Con fuerza, pasión y sensaciones distintas.

Salgo por la mañana, y te veo armando mundos
Te recuerdo a mediodía… ¿Soy sólo tuyo?
Almuerzo, con otros, aquello que no tiene tu sello.
Comparto por la tarde con almas tan discordantes…
Y vuelvo por la noche, al mundo que me armaste.


Una melodía, un texto, una fragancia...cualquier estímulo es capaz de activar esa sensación de compartir un trocito de presente con quien formó parte de nuestro pasado...

ME ACORDE DE TI
                                                    Erika Badani M.

Hoy me acordé de ti, hoy te reviví
En esos día de playa y caminatas
Jugando con el sol entre los dedos
Y el agua salada bañando nuestros cuerpos.

Hoy te escuché decirme: “Te quiero”
Y lo sentí, fuerte, fiel, sincero
Como sonido de caracolas encerrado por el viento
En mi corazón quedó grabado el sentimiento.

Hoy sentí tus manos, mi cuerpo recorriendo
En un abrazo cercano, cálido, nuestro
Haciendo nudos de tantos deseos
Me enredé en tus brazos con recogimiento.

Hoy te acompañé en cada paso que diste
Por caminos angostos y pedregosos
Me afirmé de tu mano segura, firme
Con un caminar puro y amoroso.

Hoy te vi, por la otra vereda
Nada dije, nada pensé, nada pedí
Me permití  hurgar en mis recuerdos
Por eso, HOY me acordé de ti.

martes, 16 de agosto de 2011

En algunos momentos de nuestra vida, sucede que aparece ese ser que nos ilumina, nos da fulgor y nos sentimos que nuestro día a día resplandece. Pero tanta luz, nos hace ciegos y en esa oscuridad, nos da miedo, flaqueamos y preferimos caminar por el espacio que ya conocemos...

RESPLANDOR DESFALLECIENTE
                                       Claudio Ulloa – Erika Badani

Eres una estrella vertiginosa que se acerca a mí,
lanzando vértices de fuego, calor y energía
me inundas, me encegueces, no me dejas ver,
anulando mi pequeño haz de luz blanca.
Todo lo abarcas, todo lo confundes, todo lo acallas,
¿Quieres que todo gire alrededor tuyo?

Sabes que brillas, a veces te apagas,
pero al poco tiempo de nuevo alcanzas el fulgor real.
El poblado sabe de tu luz, la gente la desea, también tu calor y tu vertiginoso devenir
ellos no habían visto antes una estrella semejante, te siguen y creen en ti.

Yo uso de tu luz y siento que soy tu combustible,
pero no es tan así, tú tienes otras inagotables fuentes
que solo el tiempo hará sucumbir en la penumbra
de tan preciada búsqueda de energía emergente.

Hay dos estrellas adicionales en las cercanías de nuestras órbitas, nuevas, crecientes
les cuesta encenderse y crear su propio halo, esperan que su tiempo llegue,
que no sea demasiado tarde, que no se enfermen y se agoten tempranamente,
ellos deben tomar una trayectoria excéntrica para lograr llegar a otros espacios.
Por ahora las fuerzas gravitacionales son fuertes, extremas, 
atrayentes entre nuestros dos polos; el positivo y el negativo,
ambos por ahora, a pesar de mil esfuerzos, son neutros
y esperan salir de ese campo por el bien de ellos y el nuestro.

¿Acaso somos culpables de esto?
Parece que irradiamos mejor hacia afuera
que hacia nuestras cercanías,
será mejor no radiar hacia adentro,
es lo que yo siento.
Me pregunto, ¿Qué será más conveniente?
¿Expulsarlos o hacerlos nuestros?
¿Cuál es la respuesta? ¿Acaso existe?
La buscamos y esperamos señales para ver avances,
es tan difícil cruzar esa puerta de hierro invisible,
el infinito no quieren ver, no lo quieren afrontar,
me alcanza una generación enana con miedos, asustadiza, regalona,
consentida y  drogada de  mundos virtuales, falsos,
del "game over", se acaba, se aprieta una tecla, es fácil recomenzar
y volver unos puntos más atrás y adentrarse nuevamente en la trama.
Para empezar una vez más, el paso reiterativo, monótono y aburrido
De  lo que ya por hecho y repetido tantas veces, a diario,
Termina por hacerse, para nosotros, lo seguro, LO CONOCIDO.

Cuando perdemos la capacidad de apreciar lo que está a nuestro lado, puede ocurrir algo como esto.

NO ME DI CUENTA
                                                                                                                  Erika Badani M.
Si no te hubieras ido,
no me habría dado cuenta que estabas conmigo
Fue necesario marcharte para saber que te amaba
Fui tan necio, estúpido y egoísta
Que no supe construir estando en pareja.
Ahora solo estoy, ni siquiera me tengo a mi mismo
Soy un harapo con culpas y me maldigo
Si te tuve a mi lado y no te vi
¿Es que merezco  siquiera ser tu amigo?
Te fuiste y el camino emprendiste
No estás y tu presencia sigue al acecho
Decidiste marcharte en toda tu esencia
El camino de regreso ya no es tu cuento.
No me queda más que vivir tu ausencia
Si te hubieras quedado, si te hubieras quedado…
Pero tu mirada estaba determinada
Te cansaste de ser el florero de entrada
Con flores marchitando que yo nunca regaba
Me dediqué a perderte a cada segundo
Y callada, un día, como este, me sacaste de tu mundo.
Cuando me preguntan por ti, no sé qué decir
Sonrío, finjo y digo que estoy bien
Por fuera mi imagen dice “ya pasó, fue mejor así”
Y por dentro mi corazón recita: “¡Que seas muy feliz!”

Algunas veces, descubrimos a ese alguien, que de tanto pensarlo, no sabemos si existe o es producto de nuestra imaginación; en ese supuesto nació este poema.

                                 PRISCILA
                                                     Claudio Patricio Ulloa – Erika Badani

Te veo caminar en las mañana hacia la oficina donde trabajas
nos vemos y cruzamos miradas de querer conocernos
así son todas las mañanas  de esta  mi nueva vida.
Te veo por el retrovisor alejarte y entrar en tu día a día.
Un día te llamaré, pero… ¿Qué te diré?, Hola Priscila ¿Cómo estás?
Hola Priscila ¿Quieres ir a tomar un té a las cinco?
Hola Priscila, hola, mi voz repite en silencio.
Me gusta tu nombre, tu postura señorial y tus ojos almendrados,
tu pelo largo azabache, tu cuello fino y tu mirada alegre.
¿Quieres salir? El inicio me incomoda,
quisiera ser directo sin rodeos ni romántico
Pero no llego a sintonizar tus pasos con mis pasos.
Me pregunto… ¿Eres realidad o sólo te invento?

Soy tímido, por eso me gustan las mujeres francas,
las que saben lo que quieren.
No me gustan las tímidas, ni las cohibidas ya sean reales o falsas.
Y tu Priscila, cuéntame… ¿Qué te gusta y no te gusta de los hombres?
¿Qué piensas de mí en particular?
¿Qué buscas, qué deseas? ¿Quieres conocerme?
 y esa mirada tuya con esa cara risueña ¿Qué significa?,
Me desgasta pensar qué cosas se cruzan por tu mente
¿Te imaginé y te di vida, así, tan de repente?
¿Existes para los demás, o sólo en mí te haces viviente?

Escríbeme Priscila, si deseas. Después de eso,
no te molestaré más, sigue viviendo la buena vida.
Se me acaban los adjetivos para valorarte tu personalidad escondida
te llamaré mañana, ahora que un poco más te conozco,
para armar una vida más plena sin dejar cabos sueltos,
ni experiencias perdidas por mi personalidad vergonzosa
Creo que te inventé, como muchas otras cosas, 
Pero… ¿Quién puede privarme de esta sensación esplendorosa
de verte cada mañana y salir contigo en una historia y otra?

miércoles, 10 de agosto de 2011

A partir de un personaje secundario de un cuento, se ha creado esta historia que debe enlazarse con el relato original.

Actividad: escribir un cuento desde la perspectiva de uno de los personajes y de acuerdo a la historia narrada en la obra “A la deriva” de Horacio Quiroga.
Personaje: El compadre Gaona
                                                                                                                                                                                                                                            Erika Badani M.
Dos fieles amigos
¡Paulino, otra vez sin tus deberes! El fuerte reclamo del maestro hizo que Martín Gaona se sobresaltara y mirara con ojos muy abiertos a su amigo. Levantando el puntero, el profesor, siguió con la clase, mostrando el mapa y enseñando sobre el Paraná.
Los dos chiquillos estaban en el mismo curso en el único colegio del poblado. Cada mañana Martín pasaba a buscar a su amigo y lo llevaba al anca de su caballo hacia la sala de clases, en tanto que Paulino, refunfuñaba y lo tentaba para ir río arriba, a pescar, a bañarse, a cualquier cosa, menos a estudiar. Cuatro años duró el recorrido en pareja, luego su trayecto lo hizo en solitario.
Las faenas del villorrio no lograron distanciar a ambos chicos y cada fin de semana, Paulino, intentaba zafarse de las clases gratuitas que le brindaba su estudioso amigo. Con él aprendió que Hernandarias era lo mismo que Tacurú Pucú y se llamaba así en honor a Hernando Arias de Saavedra. Le dijo que los primeros habitantes del pueblo fueron traídos desde San Isidro, como su abuelo. Otro día le contó que en 1612, por mandato de Don Francisco de Alfaro se había logrado abolir totalmente el servicio personal de los nativos para los europeos, como la Encomienda, la Yanacona y la Mita. Paulino escuchaba moviendo las piernas y haciendo zigzaguear el camino de algún bichito con su mano.
Siendo jóvenes, cada uno siguió su rumbo. Paulino, flaco, huidizo y con mucha agilidad, conocía cada palmo de la flora y fauna de su monte. Haciendo gala de su fama de cazador de víboras, logró hacerse de un terreno, en donde cultivaba mandiocas, nabos y batatas dulces. Era la vida que escogió, con su trabajo de sol a sol y su mujer, la Dorotea, que preparaba como nadie el reviro y el arroz carretero; pero le faltaba paciencia para criar a sus tres cachos –como insistía en llamar a su prole.
Martín Gaona, siempre cargando un libro en su morral, era alegre y respetuoso. Retornó a Tacurú Pucú, como maestro de la escuelita. A los pocos años, se casó con la hija del boticario, pero enviudó mientras ella estaba embarazada, por lo que recibió de muy buena gana a José, el primogénito del flaco Paulino, para tenerlo como ahijado.  Eso sirvió para estrechar la amistad entre los hombres y una vez nombrado Director del colegio, le dijo a su cumpa: “Mire Compadre Paulino, yo me voy a llevar al pueblo a mi ahijado, para que estudie y sea un titulado, este cabro es inteligente” La Comadre Dorotea, ni chistó, total era un cacho menos. Fue así como pasó el tiempo, siempre educando a cuanto niño  tuviera potencial; pero obligándolos, en vacaciones,  a trabajar la tierra como lo hacían sus padres, como lo hicieron sus abuelos y tatarabuelos. “No es cosa de crecer para olvidar las pisadas de niño”- decía con firmeza.
Cada verano, por la finca de Paulino, se sentía un ruido metálico sendero abajo y tres golpes de tambor. Los niños descendían  por la angosta huella alborotados, gritando y atropellándose para llegar primero a abrazar al profesor Martín y al  mayor de los hermanos. Eran días de convivencia familiar y largas conversaciones entre los dos amigos acompañados de una damajuana de caña pura.
Un año tras otro, en los dominios del matrimonio, se crecía en edad y en trabajo. Había mucha tierra para plantar y zanahorias, remolachas y hortalizas y ofrecerlas en el pueblo, por lo que más temprano que tarde, cada joven sintió el llamado del amor y emprendieron su vida río abajo. La tarea de Paulino fue más ardua, su vigor fue atrapado junto con su agilidad y comenzaron los tiempos difíciles, escaseaba el agua tanto como sus fuerzas.
Con los años, Tacurú Pucú, fue convirtiéndose en centro de la actividad comercial del Paraná y navegar por los ríos Acaray y  Monday era el puente comunicacional para sus habitantes. La vida en esos lugares comenzó a alejarse de los montes, ahora las noticias se leían, las visitas eran pocas, y ya no se escuchaban nuevas voces por el rancho del flaco Paulino.  
Su compadre Gaona, había logrado construir una posta y llevar un médico al pueblo. Su intento por conseguir transporte para llevar a los niños del monte al colegio, no fructificó y  ya no tenía la salud de antes, le costaba caminar, casi no hablaba. Se comenta que un cierto día, muy de mañana  lo vieron cruzar  la plaza hasta la escuelita y saludar o ¿despedir? a cada alumno que allí entró. Espero el toque de campana, deslizó su mano a lo ancho del portón y tomó el camino de regreso. Vestía un sombrero oscuro de rafia, su traje azul, con el  pañuelito rojo que asomaba por el bolsillo y un gran libro bajo el brazo. Fue el último paseo que Martín Gaona dio ese  viernes… ¿O jueves?

En mi Taller de Cuentos breves, he aprendido a contar historias en pocas palabras...

Técnica: PIE FORZADO
Actividad: Continuar escribiendo la historia a partir de un inicio ya dado.
Inicio: La casa de los muertos, Fedor Dostoiewski. Capítulo 1

Prisión y libertad
                                                                                                                                                                                                                                                                   Erika Badani M.
“Nuestro presidio está situado en el extremo de la ciudadela, dentro de las murallas. Si se mira por las rendijas de la empalizada con la esperanza de ver algo, sólo se divisa un jirón de cielo y una elevada muralla de tierra cubierta por las altas hierbas de la estepa. Noche y día, constantemente, pasean por ella los centinelas, y el que mira se dice a sí mismo que transcurrirán así años, mirando siempre por la misma rendija y viendo siempre la misma muralla, los mismos centinelas y el mismo jirón de cielo; no el que está sobre el presidio, sino otro lejano y libre…”
Así recuerda Francisco Miranda las letras de la primera y única carta que le escribió a Jaime, de eso ya hacía casi trece años, marcados sobre la mesa de su celda. Cometió un delito, sí,  lo aceptaba, pero fue hace tanto tiempo, que ya ni le importaba. Él estaba acostumbrado a esta vida, con horas más lentas, pasos más sonoros y los vigilantes, los mismos de siempre. A ellos los conoce por sus pasos, sabe que el cabo Pérez silba cuando está aburrido, el Galdámez menea las llaves y el Asenjo, si está de mala, pega con su luma a cuanto mueble  tenga cerca. Sabe que vivirá por mucho tiempo allí, así que decidió buscar su libertad dentro de esa prisión.

Hoy Miranda se destina a recordar… - “La vaca no puede olvidar que fue ternero”,- se dice a sí mismo; y al menos dos veces al año hace ese ejercicio mental. Nuevamente visualiza que después de un largo viaje  llegó  en un camión cerrado, no conoció nada del  lugar, lo bajaron entre dos, caminó un tanto en andas y otro tanto arrastrando la cadena de sus pies. Pasó por un pasillo largo, semialumbrado y con olor húmedo. Allí lo tiraron y despojaron de sus ataduras. Inmediatamente, se tiró sobre el catre y observo con ojos muy abiertos lo que estaba ahí, total, esa sería su realidad por largo. Esa noche no se permitió dormir, sólo deseaba conocer cada centímetro de su celda y así lo alcanzó la mañana, con ojos enrojecidos y el registro visual  y sonoro totalmente terminado. De una pequeña rendija en la pared hizo su ventana. Suficiente, - se dijo-.
Con el pasar del tiempo se dio cuenta que estaba lejos del mar, aceptaba el largo y frío invierno con la misma actitud que soportaba la sequedad del verano. Conoció muchos parajes en su ruta libre y ahora  de tanto en tanto veía que esa lonja de suelo rojizo, casi sin vegetación, que parecía que nada ofrecía, recibía visitas desde tierra y aire; así que no se inmutó cuando sintió el  agudo trompetazo de una grulla damisela, ni el luminoso plumaje de unas cuantas avutardas que se cortejaban. “Si ellas vienen y van sin perder su vida, lo mismo puedo hacer yo” se decía en voz alta y firme, como era su costumbre.
Para los celadores, no había actitudes extrañas, sabían que un presidiario, buscaba un escape a como diera lugar y mientras no fuera agresivo, que Miranda, el de la 5, hablara y contara lo que pensaba, veía o creía ver, a buen volumen, no era tan malo. Total, los compañeros de pena, lo habían bautizado como FM Radio Miranda.
Era inevitable, cuando pensaba en Jaime su voz se callaba, y sentía con más fuerza la canción de la prisión en que estaba; él había sido lo único lindo que conoció, creyó ser correspondido, puso lo mejor de sí para emprender esa nueva ruta, lo intentó muchas veces, pero las reglas sociales fueron más fuertes y un desgraciado día el joven decidió irse y lo dejó sólo, sin el dinero ahorrado ni el automóvil recién adquirido. Ni una carta, ni una llamada, ni un mensaje, nada, nada, nada…  ¿Cuánto tiempo bebió y se drogó para olvidar o para darse valor? No lo sabe ni le interesa saber, sólo recuerda vagamente haber tenido una dirección, entrar por una ventana, esperar, esperar y saltar sobre esa figura que le pareció conocida. Pero se equivocó…
Y allí estaba, semi recostado en su cama, con una pierna recogida, un brazo en la nuca,  mirando lo que nadie más ve, evocando la figura de aquella, su primera cárcel; la del amor lejano, ausente, pero vivo en cada latido…sólo eso le provoca escaparse e irse a lugares maravillosos, llenos de vegetación, cálidas playas, y paseos de largas huellas, en donde revive su amor enclaustrado.  
Cuando se levanta, va hacia su ventana. Es libre de nuevo. Su corazón, no tiene barrotes.