domingo, 10 de julio de 2011

A veces, los seres humanos estamos ataviados de velos que sólo insinuan lo que realmente somos.

¿Contigo, qué?

Tus señales me confunden,
tus escritos me desorientan,
ayer los leo con una visión
hoy tengo otra percepción.

¿Será el momento en que te interpreto?
¿Será mi estado de ánimo?
¿Tendré un escudo hacia ti ?
Mis deseos se ahogan en miedos.

Quiero tus caricias, tu voz y tu olor
deseo arrancarme estas armaduras
espero descubrirte, tenerte y adorarte
Tú pequeña luciérnaga, lejana y sin tiempo.

Dormiré con mis recuerdos en los tuyos
descansaré con tus luces revoloteando
¡Oh señor dame una noche larga
Para estar más tiempo contigo!

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